Mami
Cuando
mi madre descubra que no le he hecho caso, que me he salido del buen
camino, seguro que se va a contrariar. Levantará las cejas, pondrá
ojos grandes y me apuntará con el índice para que no quepa duda de
lo mal que he obrado. Porque mi madre (en realidad es mi madrastra)
se preocupa mucho por mí. Entonces, le contaré con detalle lo del
lobo disfrazado, qué boca tan grande tenía la abuelita y cómo el
cazador nos salvó. Seguro
que se calmará y puede que me consuele dándome una de sus manzanas
rojas y sabrosas.
©Mikel
Aboitiz
Muy buena esta parte que se quedó fuera de la historia original, Mikel.
ResponderEliminarUn abrazo,