27 ene 2019

En menos de 101 palabras


El sentido de sus días

Por las noches la muerte venía a visitarle, bien como enfermedad, bien como accidente; incluso Morfeo llegó a brindarle el último trance en copas de cristal de Bohemia a manos de lánguidas doncellas. Despertaba lastrado por invisibles telarañas que lo embridaban a sus sueños y luego se deshacían bajo el galope desatado del chorro de la ducha. Acudía al trabajo cargando aburrido un cabás desgastado y si no había labor desayunaba hastiado en algún café, como si la espera a su cita nocturna fuera el alma del día. La mañana en que no despertó, por fin, se cumplieron sus sueños. 


©Mikel Aboitiz
 


2 comentarios:

  1. Realmente acabó por cumplirse el sueño. Muy bien narrada esa desidia vital

    Un abrazo

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