21 abr 2019

En breve


Dientes de leche

Ha perdido el apetito. Hace una semana que lleva el colmillo colgando de un hilo. Todo lo mastica con el lado derecho. Con la vista perdida por encima del desayuno, reconcentrado en la nada, tienta su diente de leche con la lengua. Comprueba preocupado cuán presto a su fin avanza el colmillo. Una magdalena mal mordida o una galleta mojada en la taza son trampas hacia su inapelable destino. Un destino lácteo con diez plazos arriba y diez abajo. Veinte balas de fogueo antes de la guerra. Y él, oteando el futuro por encima del colacao humeante, solo desea la paz. Un empujoncito más con la punta de la lengua le aboca a una secuencia bien conocida: la almohada, el sueño tenso acechando a Pérez, el estafador; el euro por pieza cobrada. Un acuerdo obligado que él rechaza. Por eso, a la impaciente espera le añadirá unas páginas de lectura de Peter Pan y un pequeño cepo bajo la almohada.
 
© Mikel Aboitiz



2 comentarios:

  1. Qué niño más seguro de sí mismo. Ese colmillo caerá, tarde o temprano, y ahí estará el ratoncito Peréz, si por esa época sigue creyendo, porque lo del cepo suena a que no mucho

    Un abrazo y feliz tarde

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    1. Siempre caen los colmillos, tarde o temprano. Con o sin ratoncitos.

      Un abrazo

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