9 nov 2013

Microrrelatos



- Con el destripador -

Acudí al hospital a que me extirparan una muela dolorosísima. No me dejaron hablar: «Lo tenemos todo listo, señor Goitiz», dijeron, y desatendiendo mis quejas incomprensibles —¡maldito flemón!—, me llevaron por la fuerza al quirófano. Desperté de la anestesia con una pierna menos. («El eslabón final de una infortunada cadena de errores, señor... señor ¡Aboitiz! —carraspeó el doctor consultando mi historial—, pero no desespere: enseguida lo arreglamos»). Volví al quirófano y de ahí, directo al tanatorio.

Ahora, cómodamente instalado en el Cielo, lo entiendo: ¡en todas partes se cometen errores! Si no, pregúntele a mi compañero de nube, se llama Jack.


©Mikel Aboitiz




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