Virgencita de los Cuchillos
Le decían Virgencita de las Angustias, pues llevaba el tormento pegado al rímel de los ojos, la boca torcida por el dolor, y en lugar de puñales, lamparones de grasa en el busto. De día, junto al Corte Inglés, despachaba las mejores patatas fritas de la ciudad. Por las noches, inflamaba pasiones. Si no, ¿cómo explicar esos celos? ¿De dónde ese falso Ketschup brotándole del pecho? Fernando Quiñones, fue encontrado ayer apuñalado junto a su freidora de patatas. Murió siendo la Virgencita de los cuchillos. A la puerta cerrada de su kiosquito se ruega una oración por su alma.
©Mikel Aboitiz
Estupendo, Mikel, en cada frase y cada palabra rotunda defines a un personaje a la perfección y escribes una historia que otros tardarían cien páginas en darle forma. Astucia literaria lo del cambio de sobrenombre de Virgencita de las Angustias a Virgencita de los Cuchillos.
ResponderEliminarSaludos.