Soga, papel y boli
Una soga tiene muchas posibilidades.
Aquí el grosor y la flexibilidad son importantes, fundamentales para
solucionar el problema. Su longitud no es, sin embargo, excesivamente
relevante. Toda soga que se precie debería alcanzar los centímetros
necesarios. Si no, deja de ser una soga para convertirse en un mero
trozo de soga, un resto amputado e inútil. Hay quien desesperado
echa mano de un cinturón por no hallar una soga, pero solo en casos
extremos. Lo que no puede faltar
es una silla o banqueta. Concretemos: ha de ser ligera, fácil de
volcar. Por último se precisa de una viga, gancho o travesaño
situado a una altura razonable y proporcionada a la estatura del
sujeto. A mayor distancia del suelo,
más plasticidad. Pero tampoco hay que exagerar. Resta
algo indispensable: buena letra, papel y boli. Nada de tintas rojas.
Seamos sobrios y escuetos en el mensaje. Eviten las telenovelas. El
efecto de estas escasas líneas está garantizado. Incluso si quedan
incompletas. No escriban demasiado. Queridos todos, tomo nota de mi
propio consejo. Creo que me estoy alargando. Adiós.
©Mikel
Aboitiz
El mejor de los recuerdos a esas "instrucciones" típicas de Cortázar.
ResponderEliminarUn precioso micro. Gracias.
¡Saludos, Mikel!