3 ene 2014

Máster lex y Salvaje

 Patética, Salvada. En esa noche de gran permuta, en que se recibe el nuevo año a cambio de entregar las cenizas del 2013 con la falsa esperanza de que las lágrimas vertidas en tan nefasto período realmente tengan las propiedades curativas que al ave Fénix se atribuían; en esa noche nefasta en la que sumando un dígito se mudaba de calendario para que todo siga igual, me la encuentro abrazada a una botella de Riesling, dormida frente a la página del concurso donde publicaron su relato —supongo su más querido cuento de este ave Fénix 2013 recién quemado— que a continuación transcribo, advirtiendo de que contiene cinco palabras obligadas y un tema (la abogacía). Todas ellas sujetas a los límites del concurso (150 palabras) y enviadas bajo el pseudónimo Mikel Aboitiz.
¡Salud para este 2014!
Frohes neues Jahr!






MÁSTER LEX


Los abogados concursantes irrumpen en la Audiencia Nacional con sus fiambreras, dispuestos a participar en el evento gastronómico del año. Hileras de mesas enmanteladas les esperan frente a la tarima, donde un miembro del jurado ordena con voz de sargento: «¡A emplatar!». Ramiro Ledesma, mercantilista, extrae un incómodo pasajero de su tartera: un bogavante vivo, que exhibe a la vista de Valentina Santos, penalista frenéticamente empeñada en peinar un bigote de cigala a ritmo de Presuntos Implicados. Fermín Encierro, criminalista con aires de azafato, revela el nombre de su plato: Salmón al Habeas Corpus, sin reparar en que a su lado, Martín Barcenilla (Derecho Tributario) remata una imposible Fondue fría denominada Nuevas Evasiones. El tiempo corre y, en breve, los miembros del jurado se pasearán por entre las mesas, juzgando dispares creaciones como el mero imputado o la lubina divina. Permanezcan atentos al fallo. Pero antes, pasemos a publicidad.

Mikel Aboitiz
El mismo relato en la página de la abogacía aquí

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