Detalles
El secretario
judicial se atusa hastiado las guías del bigote. El fiscal mordisquea concentrado
el extremo de un lápiz. Calculará el cómputo de penas. El abogado, igual que durante
el careo, se frota cansado las sienes. A golpe de maza el juez cerrará la
sesión. Gestos, sumandos desiguales de lo cotidiano en la Justicia. El clic de
las esposas al cerrarse. Las gotas de agua, suicidándose mil veces contra el
lavabo, desajustando el silencio de la noche en blanco. Detalles en los que
reparar. El rápido pestañeo del abogado al anunciarse la condena, el leve murmullo
del público a mis espaldas. Lo sigo como en una película. Desdichadamente han
sentenciado trece años y un día y el actor imprescindible de este film se
sienta en el banquillo y, por mucho que me cueste creerlo, deja escapar una
lágrima y soy yo mismo, atento a esos tontos detalles.
©Mikel Aboitiz
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