El mejor cliente, el miedo
—Bonita mañana, don Ángel, ¿qué desea?
—Algo contra el despido.
El dependiente
mira extrañado hacia el infinito por entre estanterías colmadas de frascos, antes
de sentenciar:
—Entonces, necesita Antiere, lo
último en píldoras contra el paro. Son de gama alta, pero muy interesantes.
Vienen con tabletas efervescentes opcionales que fomentan la renovación de
contratos.
Ante la
incredulidad del cliente, el dependiente se sincera bajo el susurro tranquilizante
del ventilador que peina el aire:
—Mire, mi hijo, abogado laboralista en un gran despacho, también las toma:
los casos de despido improcedente han bajado mucho desde su lanzamiento. ¿Se
las pongo en papel de regalo?
Don Ángel se
frota la barbilla antes de decidirse:
—¡Sea!
—¿Y las tabletas?
—¡Añádalas!
Desde su
jubilación —cavila don Ángel, camino a casa— toma
pastillas contra todo y mantiene una rutina invariable. También —desenvuelve
las pastillas sin pararse— es muy consciente de sus muchos e infundados
miedos.
©Mikel Aboitiz
Tendría que existir pastillas contra la frustración, y por supuesto contra los despidos improcedentes. Don Ángel tiene una filosofía de vida, pero lo ideal es no caer en miedos previos, que a veces, resultan infundados. Buen post.
ResponderEliminarUn saludo
El miedo es libre, cada cual lo lleva como puede...
EliminarGracias por tu comentario