Con flores a María
Habría sido insufrible ver a ese pedazo de cachas haciéndole el boca a boca. Imagínense: Schwarzenegger reanimando a una Nancy de carne y hueso, mi novia. Bueno, mi proyecto de novia porque, en realidad yo, muy precoz, pensaba declararme. Ahí mismo, entre la máquina de abductores y el expendedor de agua. Entonces fue cuando ella se desvaneció junto a la cinta de correr. Se me cayeron las rosas al suelo. Él, un huracán musculado, se acercaba auxiliador. Y no se fue de bruces por exceso de impulso como todos creyeron. ¡Qué quieren que les diga! Yo aún desconocía los códigos del amor, pero a los doce años ya era el rey de las zancadillas.
©Mikel Aboitiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario