Malos tiempos
Descansa durante el día tumbado en su ataúd, las manos sobre el pecho. La respiración, tranquila, pero silbante, delata su presencia en la oscuridad de la habitación. En la boca, una férula especial le protege los dientes. ¡Ay esos colmillos!, capricho de su dentista. Pálido y ojeroso se levanta al caer la noche, presa de una rutina alejada del glamur del cine, contentándose con sangres no humanas. Viste a lo pobre. No tiene capa ni castillo. En sus sueños diurnos una princesa, de las de antes, ofrécesele a cuello descubierto. Sin embargo, ha de conformarse con mascotas despistadas y este siglo XXI de mierda
©Mikel Aboitiz
Ay pobre..qué pena de Drácula de pacotilla :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Malos tiempos. También para los no vampiros.
ResponderEliminarUn abrazo