25 dic 2021

 


Definiciones imprecisas: Olla exprés

La olla exprés era el regalo de los bancos por abrir una cuenta de ahorro. Cosas del pasado, de cuando los intereses se medían con números positivos y se hizo obsequio acorde con las prisas de la cocina moderna. Su cierre especial la aísla del exterior dejando que en sus entrañas cueza lo que se tenga a bien. Cuenta con una válvula —especie de Código Civil regulador de temperaturas— que evita desórdenes gastronómicos y accidentes domésticos. La seguridad de la olla a presión queda garantizada, salvo usos con fines espurios. Es aquí donde afloran los amantes del bricolaje con pulsiones terroristas, alejados a distancias siderales del cocido de garbanzos o de los caldos de pollo con sabor a madre. (Ahórrense aquí alusiones caníbales, no se dejen presionar por el chiste fácil). Hay cocineros de ocasión que, ansiosos como toreros retirados de vuelta al ruedo, utilizan la olla exprés una vez al año para preparar una fabada superlativa, la mejor del mundo, la que justificaría no menos que su entrada a los fogones bajo palio. No ha de olvidarse tampoco (imposible por reiteración) a los que encerrados en un mundo hermético, no salen de la olla exprés, de cuyo interior —aseguran—  sacan cualquier plato. Hasta tortillas de patata de gran ringorrango. Como conejos de chisteras. Con estrella michelín incluida. Y es que pesados e inmodestos son capaces, con perdón, de destilar oro del agua de un charco.

 

©Mikel Aboitiz, Berlín, diciembre 2021

 

2 comentarios:

  1. Es casi un tratado de psicología. Muy bueno.

    nbrazo y felices fiestas

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  2. Gracias de nuevo por leerme y comentar y que pases buenos días!

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