Esos
pequeños detalles
Ya no tenía que pensar. Lo había adivinado. Con voz estentórea anunció:
“Domingo Restrepo Alonso” y la sala del teatro se vino abajo con
los aplausos. ¡Aquel
hombre tenía la guía telefónica de México D.F. en la cabeza! Entre
vítores y bengalas, el presentador corrió hacia él perseguido por
un cañón de luz. El notario aplaudía satisfecho, la gente pateaba
la tarima. Después de los parabienes y muestras de respeto le
condujeron a su hotel. Casi desmayado de admiración, el
recepcionista le entregó la llave. En la chapita se leía un 328. La
tomó y sonrió para sí: hubiera jurado que era la 320.
©Mikel
Aboitiz
Me gustan mucho tus microrrelatos. Pero mucho, mucho.
ResponderEliminarun saludo :)