Juan,
paquete de músculos
Cuando
se tiene un último modelo recién salido de fábrica, no es menester
ponerse serio. Ni sacar músculo por la ventanilla mostrando al mundo
que se conduce con donaire. Tampoco es necesario perdonar vidas por
el retrovisor, como Juan, disfrutando de tener al resto donde
corresponde; por detrás. Ni siquiera hace falta endeudarse para
siempre, como Juan, empeñado en ese esmalte perfecto, esa tapicería
de ensueño y ese reprís. ¡Qué reprís! Pero si le abollas el
coche, entonces, sí será necesario que te prepares. Prepárate para
ver a Juan. Porque nunca antes habrás visto llorar así a tanto
hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario