Parchís
—La habría espachurrado...
—Se lo merecía, ¿no?
—Pisoteado...
—Sí, te pusiste roja de ira.
—Machacado.
—Así es la vida. Ella fue más
rápida...Te toca. Toma el dado.
—Sí, porque yo estaba a punto de
tener a todas juntitas, seguras.
—Juntitas, ¡qué bien!
—Sí, pero llega y me come la última.
—A mí también me fastidió.
Olvídalo.Mira, ¡un seis!, vuelves a tirar.
—No creas que me voy a consolar: era
la última de la camada. Pobre gatita. Como pille a esa perra, la
enveneno. Te juro que la enveneno.
©Mikel
Aboitiz
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