Vaya, vaya. Parece que
Salvada está perdiendo ritmo de publicar y tirando de entradas
antiguas. No es de extrañar. Su papelera está atiborrada de
botellas de Riesling vacías y entre ellas he encontrado un
manuscrito mercenario que presentó a un concurso. Su intención era
clara: ganarlo y llevarse un premio en especie de unas afamadas
bodegas jerezanas. Bien, solo diré que no ha cambiado de bebida,
solo de lectura: desde que leyó la reseña de Jánter, Salvada está
como loca, devorando John Banville. A Jánter se puede le puede leer
y disfrutar en su blog Bitácora de un fracasado. Es directo,
salvaje, como a mí me gusta. (pincha para leer su reseña). El relato rescatado de la papelera lo
transcribo a continuación.
Inmersión
El
presidente de la comunidad de vecinos baja a escape de la reunión en
la azotea desde donde aún llegan las protestas de la vecina de los
rulos rosas: «¡¿Y las
cañerías?!». Cierra la
puerta del piso apoyando la espalda en ella, exhausto, sudoroso. Oye
un último «¡¿Y las
cañerías?!» amortiguado,
lejano, como si estuviera sumergido en agua. Su piso es un submarino,
zona segura donde servirse una copa camino del sillón orejero. Por
fin solos él y su brandy jerezano. Prueba un sorbo; entrecierra los
ojos reteniendo los sabores a madera y vainilla. Siente paz. Su ceja
izquierda permanece arqueada, alerta ante posibles movimientos allí
arriba, en la superficie. Bebe otro sorbo. Ahora el silencio en el
submarino es total. Él, su capitán, los pies sobre la mesita, se
relaja. Siglos de tradición y cultura descansan en su copa, ajenos
al tiempo fugaz que marca el reloj de pared, renqueante al dar la
hora, como si fuera la única maquinaria que impulsa el submarino.
¿Bebía también el capitán Nemo brandy jerezano? Sonríe. De
pronto suena la alarma a bordo y a la voz de «¡Inmersión!»
rellena la copa mientras la de los rulos se ensaña con el
timbre.
©Mikel Aboitiz
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Un micro con claro sabor a concurso, Mikel y no por ello menos disfrutable.
ResponderEliminarLas comunidades de vecinos son un disparador inagotable.
Muy bueno,
Un abrazo,
El capitán Nemo bebía Brandy de Jerez, te lo aseguro. El arte del micro es la imaginación y la sorpresa. Bueno, bueno. A tu nivel.
ResponderEliminarGracias por hacer referencia a mi blog. Varios días desconectado de la red me han impedido agradecértelo antes.
Un saludo.
Gracias a ti por la reseña: estoy disfrutando mucho antigua luz.
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