9 dic 2014

Relatos con segunda oportunidad



- P(x) -
Lo más seguro es quedarse en la cama. Si sale, puede caerle una teja de una cornisa o hasta atravesarle un rayo (las tormentas repentinas son impredecibles). Sí, lo más seguro es permanecer acostado, pues nunca se sabe, tampoco en casa: un fatídico resbalón en la ducha, el famélico cable de la tostadora provocando un incendio en el desayuno… Sí, mejor no levantarse, posponerlo todo.
Avanza lenta la mañana y el sol tamborilea con sus dedos de luz en la almohada que le cubre el rostro. Gritos de niños en el patio y olor a comida se cuelan por la rendija de la ventana y él comprende que tendrá que levantarse. Se ducha, come algo y sale. En la calle el sol irradia vitalidad, le deslumbra. Le obliga a cerrar los ojos. Por eso no ve la cornisa, tampoco la teja, y nunca sabrá lo estúpidamente acertado que era quedarse en la cama.




©Mikel Aboitiz

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