Cremaciones
Según
informaciones llegadas a nuestro diario, las cremaciones ponen en
peligro la antigua tradición de los epitafios, dañando las ya
menguadas economías de esos auténticos poetas dedicados al arte de
condensar una vida en pocas palabras. Uno de ellos, Florentino
Brasas, conocido sastre de epitafios, como a él gusta llamarse, se
lamenta al respecto: «Hace años, confeccionaba hasta tres epitafios
diarios. Siempre después de las comidas. Incluso llegué a forzarme
a prever una merienda como fuente de inspiración —algo ligero,
unos buñuelos— para facilitar la elaboración de una cuarta frase
lapidaria. De hecho, el doctor Ruibarbo me prohibió abusar de mi
talento para evitar serias dificultades gástricas. Pero hoy,…».
Según Felipe Marlo, gerente de la Funeraria El
largo adiós,
el asunto está claro: «Se constató un crecimiento exponencial de
los ingresos procedentes de las cremaciones low
cost».
No obstante, se muestra partidario de investigar en busca de datos
más concretos que avalen su optimismo. Por su parte, el portavoz del
Arzobispado de nuestra ciudad, Augusto Rodaballo, admitió las
prácticas tolerantes de la Iglesia al respecto, sin ahorrarnos —a
título estrictamente personal—, frases incendiarias sobre este
controvertido tema tantas veces enterrado en el olvido.
©Mikel Aboitiz
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