19 feb 2016

Relatos



Cremaciones


Según informaciones llegadas a nuestro diario, las cremaciones ponen en peligro la antigua tradición de los epitafios, dañando las ya menguadas economías de esos auténticos poetas dedicados al arte de condensar una vida en pocas palabras. Uno de ellos, Florentino Brasas, conocido sastre de epitafios, como a él gusta llamarse, se lamenta al respecto: «Hace años, confeccionaba hasta tres epitafios diarios. Siempre después de las comidas. Incluso llegué a forzarme a prever una merienda como fuente de inspiración —algo ligero, unos buñuelos— para facilitar la elaboración de una cuarta frase lapidaria. De hecho, el doctor Ruibarbo me prohibió abusar de mi talento para evitar serias dificultades gástricas. Pero hoy,…». Según Felipe Marlo, gerente de la Funeraria El largo adiós, el asunto está claro: «Se constató un crecimiento exponencial de los ingresos procedentes de las cremaciones low cost». No obstante, se muestra partidario de investigar en busca de datos más concretos que avalen su optimismo. Por su parte, el portavoz del Arzobispado de nuestra ciudad, Augusto Rodaballo, admitió las prácticas tolerantes de la Iglesia al respecto, sin ahorrarnos —a título estrictamente personal—, frases incendiarias sobre este controvertido tema tantas veces enterrado en el olvido.
©Mikel Aboitiz

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