27 feb 2016

Otra historia de abogados



La cuesta de enero


Lo dice el refrán: Año bisiesto año siniestro. Por fuerza este es trisiesto: la Administración de Justicia se encoge al reducirse el número de magistrados. ¡Adiós a mi ansiada plaza de juez! Mi novia... ¡Adiós a mi novia!, para qué entrar en detalles si mi mejor amigo los conocía al dedillo: ¡Adiós a mi mejor amigo!, mi fiador y aval en tantos pleitos de la vida. ¡Vaya enerito! Sin embargo no me hundo porque soy un optimista acérrimo y aplico el refranero: quien nace redondo no muere cuadrado. Así es que pronto me vengo arriba. Me adapto a la adversidad. La judicatura ya no me interesa (no con mis antecedentes). Mi novia y mi examigo ya no son un estorbo. Desaparecieron juntos. Y yo aquí, negándolo todo. A la espera de la visita de un compañero de carrera. El abogado que me sacará lo antes posibles de entre rejas.

©Mikel Aboitiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario