La cuesta de enero
Lo
dice el refrán: Año bisiesto año siniestro. Por fuerza este es
trisiesto: la Administración de Justicia se encoge al reducirse el
número de magistrados. ¡Adiós a mi ansiada plaza de juez! Mi
novia... ¡Adiós a mi novia!, para qué entrar en detalles si mi
mejor amigo los conocía al dedillo: ¡Adiós a mi mejor amigo!, mi
fiador y aval en tantos pleitos de la vida. ¡Vaya enerito! Sin
embargo no me hundo porque soy un optimista acérrimo y aplico el
refranero: quien nace redondo no muere cuadrado. Así es que pronto
me vengo arriba. Me adapto a la adversidad. La judicatura ya no me
interesa (no con mis antecedentes). Mi novia y mi examigo ya no son
un estorbo. Desaparecieron juntos. Y yo aquí, negándolo todo. A la
espera de la visita de un compañero de carrera. El abogado que me
sacará lo antes posibles de entre rejas.
©Mikel
Aboitiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario