18 jun 2016

Microrrelato negro

- Tictac -

La luz traza un círculo perfecto sobre la mesa. Llevo minutos de espera, mirándome las manos esposadas. De nuevo entran los dos polis.
—Tu abogado se ha perdido —dice el alto con una sonrisa sarcástica, vencida por el agotamiento.
—Comencemos de nuevo —se remanga el otro—. Vas a cantar mejor que Caruso: Seguro que no te quieres caer otra vez por las escaleras señala mi ceja partida. Duele, y con el humo de sus cigarros, me arden los ojos.
El bajito apunta con un dedo a la foto de mi contacto, una morena que resultaba guapa. A nadie le favorece la muerte. Me Grita:
—¡Dinos dónde has colocado la bomba!

Un reloj agazapado en la penumbra marca el ritmo largo del silencio. Con el párpado hinchado no veo bien la hora. Calculo serán las seis menos cinco y rompo a reír. Ya da todo igual. Se van a enterar.


©Mikel Aboitiz

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