4 mar 2018

En menos de 101 palabras


Con el monopatín al hombro busca las seis huellas borradas de los paseos por la orilla con la madre y la hija. El olor a salitre se mezcla con el de lluvia. Apoyado en el rompeolas del recuerdo, el verano le sabe a helado de limón, con regusto a frustración por no haber tomado la iniciativa. Por temor al ridículo. Porque ella, carabina obstinada, no sacaba las cuentas. Así le iba con las mates suspensas. Ignoraba que tres menos uno son dos, la cifra perfecta, el dúo imposible. Y por preparar septiembre, apenas pudieron quedarse. Esa canija estúpida. ¡Ojalá repita!

©Mikel Aboitiz


 Este relato  ha alcanzado la final semanal de Wonderland de Ràdio 4. 

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