17 mar 2018

Otra historia de abogados


Sentencias

Un columpio vacío como metáfora de su infancia. La custodia de plata del seminario, símbolo de sus tiempos mozos. Los manuales de Derecho Eclesiástico jalonando el camino que lo llevó hasta el cargo de vicario judicial. La memoria tiene sus ritmos, crea baremos de medida propios, moldea el pasado. San Agustín le viene a la mente: «El pretérito ya no es y el futuro no es todavía». Cierra los ojos y otra frase le asalta: «Cáncer: le queda poco». No es de un Padre de la Iglesia, es de su médico. El vicario judicial suspira hondo encomendándose a Santa Rita, abogada de las causas perdidas. Antes de firmar un documento de anulación matrimonial se mira las manchas que la edad ha sembrado en sus manos. Recapacita. Con su firma ha borrado lo que ya no es para ofrecer una oportunidad a lo que vendrá. ¡Dichosos los que tienen futuro!


©Mikel Aboitiz

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