18 abr 2022

Reeditados: Definiciones imprecisas

 Piscina

Una piscina es una construcción lúdica para contener agua y bañistas que experimentan un empuje de dicha ascendente, equivalente al peso de las preocupaciones desalojadas durante el remojón. Si bien —gracias a la técnica—, existen piscinas aclimatadas al frío, así como otras de diseños sorprendentes, el arquetipo clásico se reduce a un rectángulo estival con escaleras, cloro, y si hay suerte, trampolines a la altura de los diferentes egos nadadores. Las privadas compiten en la moda del color de sus aguas como las ginebras en los anaqueles de los pubs. Las públicas cuentan con gentes de ojos ocultos tras gafas de sol y pieles bronceadas hasta la imprudencia que, encaramadas a sillas altas, dan señales de vida a través del silbato, quintaesencia de una vocación híbrida de árbitro de tenis y colegiado de la FIFA. Si para Rilke la verdadera patria del hombre era la infancia, para muchos, la piscina es la propia infancia. Fuera de temporada, su uso se descontextualiza, convirtiéndose en recipiente de hojas secas y tristezas sin fondo, a la espera de mejores tiempos: la anhelada primavera que, siempre puntual, llegará con la entrada del verano. La piscina es también lugar de artistas del pulmón libre, de amantes del peligro que, sin parar en riesgos, un día se lían la manta a la cabeza y, como si no existiera un mañana, deciden tirarse a la piscina.

 

©Mikel Aboitiz

2 comentarios:

  1. Un disertación excelente. :-)

    Por las piscinas normales. Un abrazo

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  2. Gracias por leerme y comentar.

    Un abrazo

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