4 abr 2023

Otra historia de abogados

 Los olvidados

Tras el malogrado pronunciamiento del joven General Fangori en un lluvioso día de septiembre y su posterior huida al país vecino, los insurrectos echaron mano de mí —humilde abogado de profesión— para que diera fe de su arrojo y pudiera inscribir sus hazañas en un futuro registro de héroes patrios, pues contaban con triunfar en tiempos venideros. El monarca que nos dio asilo, desalentado al pasar revista a nuestras menguadas huestes, nos cedió un vetusto castillo y la rebelión quedó en flor de un lejano día. Desde entonces, rebajado a fiel amanuense, reescribo la Historia. Mil honrosas versiones de aquella gesta salieron de mi pluma. Ahora, abandonado con el viejo General en la penumbra del castillo, brotan de mi boca. Leo y él, desdentado, senil, escucha desde su lecho con beatífica sonrisa, mientras siento renacer en mí al abogado que llevaba dentro. Soy el último defensor de una bella mentira.

©Mikel Aboitiz

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario