16 feb 2012

Relato





Obstáculos 

La anciana se me acercó mostrando una sonrisa de labios profundamente combados, desdentada, opuesta a sus ojos serios, amenazantes, clavados en mí. Extendía la mano pidiendo limosna y era como si blandiera un cuchillo junto a mis costillas. Reculé. No llevaba cambio. Notaba su boca endiablada pegada a mi rostro, mientras sus ojos, dos carbones ardientes, me enfilaban tras una maraña de pelo escaso y sucio. Continúa
©Mikel Aboitiz

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario