Perspectivas
De
la rutina insípida de su oficina surgió esa pasión por estudiar
las motitas de polvo que surcan el aire sobre su escritorio. Se
mueven lentas como galaxias. Apoya el mentón en la mano, fascinado por
aquellos mundos flotando sobre la pantalla, mientras esta se llena de mensajes del jefe (Asunto: URGENTE). Sin dejar de admirar aquellas
miríadas de planetas enanos descuelga el teléfono para no ser
molestado. Transformado en Dios, observa galaxias desde una esquina
del Universo, cuando nota sobre su hombro el peso de la mano del
jefe convirtiéndole en mota de polvo.
©Mikel
Aboitiz
Jajaja, Mikel. Me encanta el desenlace cruel a esa ensoñación. Muy buen relato.
ResponderEliminarCoincido con la valoración del Piel de Retales, Mikel. Un desenlace cruel -aunque previsible- que dota al relato de cierto juego en espiral.
ResponderEliminarBuen trabajo. Buena apuesta para el concurso.
Abrazos,