De la microtrilogía Dictadores y vencidos
Consejo de Ministros
El
ministro de Exteriores cedió la palabra al de Interior. El Padre de
la Patria presidía silencioso tras sus gafas oscuras, luciendo sobre
su anciano pecho las condecoraciones de tantos años. Acabado el
último punto del orden del día, el vetusto prócer seguía sin
despegar los labios. Una palabra suya decidía vidas. Pero el Padre
de la Patria no hablaba. ¿Qué estaría barruntando? Todos callaban
ansiosos, esperando que diera por finalizado el Consejo. Varios
ministros cruzaron miradas temerosas. Nada ocurría. Por fin, el
prócer, inspiró ruidosamente y tras un último y tenso silencio,
comenzó a roncar.
©Mikel Aboitiz
Ignoro cuál fue su priimera vesión, Mikel, pero esta me ha gustado mucho. Buena dosis de humor, bien manejado.
ResponderEliminarUn abrazo,
No he variado el relato, simplemente deseaba darle otra oportunidad de desarrollarse, de crecer y terminar su ciclo donde debe: en ti, Pedro, y en los (otros pocos) que me leéis.
ResponderEliminarTe persigo Mikel desde ya. Cosas de internet y de pasiones comunes me hjan llevado hasta tu blog.
ResponderEliminarMe gusta lo que leo y por cierto enhorabuena por tu premio en abogados, la verdad es bueno sinceramente.
Yo ando participando tb a ver si hay algún día suetre.
Jeje
Invitado quedas a mi blog y participa en él si ves algo que teguste.
Abrazos y suerte