Oportunidades
Tras noches en vela, el futuro peso ligero Querubín González hizo una finta a sus sueños de abogado al decretar la necesidad que mejor defenderse a sí mismo en el ring que a clientes en el juzgado. Querubín fue una eterna promesa que perdía piezas dentales, una estrella enana impresa en el llamativo universo de los carteles de los grandes púgiles. Corrían tiempos en los que el hambre era quien más puñetazos daba y él logró ganarse la vida y sacar adelante a su hijo. Perdidos los rizos y las esperanzas, ya retirado, arregló la pelea del siglo entre Richard Ricardo y Ventura Buena por la que se embolsó un pico. Por eso le trincaron y hoy, sentado en el banquillo frente al juez, es asistido por su hijo, quien soñará sin éxito salirle al rescate de un certero derechazo legal que impida que Querubín vuelva a besar la lona.
Tras noches en vela, el futuro peso ligero Querubín González hizo una finta a sus sueños de abogado al decretar la necesidad que mejor defenderse a sí mismo en el ring que a clientes en el juzgado. Querubín fue una eterna promesa que perdía piezas dentales, una estrella enana impresa en el llamativo universo de los carteles de los grandes púgiles. Corrían tiempos en los que el hambre era quien más puñetazos daba y él logró ganarse la vida y sacar adelante a su hijo. Perdidos los rizos y las esperanzas, ya retirado, arregló la pelea del siglo entre Richard Ricardo y Ventura Buena por la que se embolsó un pico. Por eso le trincaron y hoy, sentado en el banquillo frente al juez, es asistido por su hijo, quien soñará sin éxito salirle al rescate de un certero derechazo legal que impida que Querubín vuelva a besar la lona.
©Mikel Aboitiz
Uf, qué bueno. El mundo del ring, los golpes de e la vida y la tentación de dejarse ganar. Un siempre actual tema
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche
En mi caso me dejaré ganar por el sueño,
EliminarBuenas noches