17 jun 2020

Otra historia de abogados

Sospechoso vaso de plástico

Traté de conservar la mirada fija en el inoportuno vaso de plástico lleno de agua sobre la mesa del ponente. Tomé aire y grité en medio del público mis consignas contra la pesca del pez Napoleón. Abogados furibundos, seguratas llevándose la mano a las porras y un «¡oh!» como un rugido de mar vertido sobre la escena, fueron recogidos por las cámaras de televisión: segundos de gloria conmigo en el centro en la  tercera conferencia anual de abogados por el medioambiente.

 Me detuvieron por desorden público y otros cargos absurdos que mi letrado rebajó con ayuda de un excelente perito psiquiatra. Una multa saldó mis deudas con la justicia, pero a raíz de aquello mi esposa sugirió el divorcio. No puedo decir que me sienta orgulloso ni que mi matrimonio sea especialmente feliz. Sin embargo, para la próxima conferencia, me colaré para dedicar unas palabras al tigre de Sumatra.

©Mikel Aboitiz

2 comentarios:

  1. Hay que proteger a los animales, pero si el precio es excesivo..tal vez no :-)

    Un abrazo.

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    1. Gracias por tu comentario y fidelidad lectora.

      Un abrazo

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